jueves, 5 de febrero de 2009

Yumbel - Historia de Rere


Rere: pasado de grandeza

Las calles de la apacible localidad de Rere, distante unos 20 kilómetros al poniente de Yumbel, apenas revelan su pasado de esplendoroso y su gravitante importancia en la historia nacional y de la provincia de Biobío.

Hacia 1586, en los albores de la Conquista Española y en medio de los cerros de la Cordillera de la Costa, se instaló el fuerte de la Buena Esperanza, justo un año más tarde que el ya existente en la actual ciudad santuario. Fue bautizado como Rere, cuya significado es la derivación de "pájaro carpintero" en mapundugún.

Bajo esta protección militar, en su entorno se comenzó a desarrollar una bullante actividad que estuvo directamente relacionada con la presencia de lavaderos de oro (llegaron a haber hasta 180 en el entorno) y el fuerte desarrollo de la actividad agropecuaria, que permitía abastecer a todas las localidades cercanas, especialmente Concepción. También fue (y es) una zona reconocida por la calidad de sus viñedos que, gracias al generoso sol, permite mostos de reconocido prestigio.

Pero no fue hasta 1720, cuando fue declarada oficialmente como villa, que no se produjo su verdadero crecimiento. No en vano, hacia principios del siglo XIX, llegó a ser la segunda ciudad de importancia en el país con 22 mil habitantes (Santiago, la más grande, tenía 70 mil) y con un área jurisdiccional que llegaba hasta la misma cordillera de Los Andes.

De esa misma época datan sus enorme campanas (de unos mil 200 kilos cada una), fundidas con oro donado por sus habitantes.

El primer golpe que anticipó su caída fue la expulsión de la orden jesuíta de todos los territorios dominados por la Corona Española, hacia fines del siglo XVIII, que redundó en que partieran de Rere los religiosos que habían cultivado sus estancias agrícolas, levantado los primeros colegios y construida la actual casa parroquial. Más tarde aparició el ferrocaril que llegó a Yumbel, hecho que dejó a Rere a contramano de la actividad productiva de la zona.

La localidad ya no fue el punto de paso obligado de los productos que se movían en la zona.

Por eso ahora, con poco más de 3 mil habitantes y un área geográfica reducida a su mínima expresión, la localidad de Rere vive apegada a su devenir agrícola y con la nostalgia de los tiempos pasados.

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